Decálogo del buen jugador
El entrenador del equipo Alevín B, Manuel Gallardo, entregó ayer a sus pupilos un decálogo que tienen que devolver firmado comprometiéndose a aceptar y respetar una serie de normas de comportamiento dentro y fuera del terreno de juego.
Este "contrato" nos parece una forma estupenda de que nuestros jugadores empiecen a asumir responsabilidades desde edades tempranas y acatar las consecuencias de su incumplimiento por lo que lo compartimos con todos vosotros.
DECÁLOGO DEL BUEN JUGADOR
Deberes dentro del campo:
- Estar al máximo rendimiento.
- Darlo todo en el campo.
- Comuniar al entrenador si no está al 100%.
- Pensar en el equipo y no pensar en él.
- Siempre pensar en el equipo y ser un buen compañero.
- Obedecer las indicaciones del entrenador.
- Jugar y hacer lo que se le indique.
- Ser siempre el primero a la hora de pedir voluntarios.
- Respetar el material deportivo, el suyo y el de sus compañeros.
- No discutir las decisiones del árbitro.
- No tirar la toalla nunca, sea cual sea el resultado.
Deberes fuera del campo:
- Ser buena persona.
- Ser buen compañero.
- Hacer los deberes y estudiar lo que le manden en el colegio.
- Obedecer a los padres y no ser castigados.
- Cumplir sus obligaciones en casa y en el colegio.
- Formarse como persona y como estudiante.
- No menospreciar a nadie y estar preparado para mejorar sus debilidades.
- Decir la verdad siempre y ser un niño de honor.
Consecuencias del incumplimiento de ellas:
-El incumplimiento de alguna de ellas acarreará sanción deportiva por el entrenador, además de castigos dentro del grupo.
- Traer amonestaciones del colegio y asignaturas suspendidas será motivo de no jugar partidos y de obligatoriedad de seguir entrenando.
- Traer castigos de casa por desobediencia o actitudes de engaños o mentiras acarreará un castigo mayor y la posible exclusión del equipo.
- Jugador que esté convocado y no aparezca en un partido dejando sin jugar a otro, acarreará la no convocatoria de otro partido, excepto motivo justificado.
- La desobediencia en un encuentro, entrenamiento o actitud agresiva entre compañeros, adversarios o colegiados podría acarrear la expulsión del equipo y, según gravedad, partidos de sanción.